martes, 11 de mayo de 2010

Simbiosis a la inversa

Estoy tratando de pensar qué es lo que hizo la simbiosis conmigo, qué efectos particulares tuvo. Todavía no soy del todo consciente del tema. De los que me doy cuenta:

• Estoy ampliando mis fronteras musicales*.

• Me compré una cartera de cuero con tachas*2.

• Ando para todos lados con unas coquetas zapatillas pony. Quienes me conocen saben que nunca las usé en mi vida. Y que de hecho nunca me gustaron. Pero se ve que ahora si.*3

• Trato de aceptar la rúcula. Cada tanto.

• Cocino más. Y viene con exigencias el tema. Cada vez que cocino algo parece que se le podrían agregar miles de ingredientes más que nunca se me ocurrieron porque en mi hogar de origen eso se comía así, o simplemente porque no se me pasó por la cabeza.*4
Antes vivía a empanadas y agradecía cada vez que la señora Juliana, a la vuelta de Guemes y Gurruchaga, me daba de comer.

...

no se me ocurrieron más situaciones...


* De cualquier modo a Tool no llego.

*2. Si, todavía me da culpa.

*3 Con sólo eso ya me siento más rockera. Aunque quizás sea el tardío grito de rebeldía de los 30 (y pico).

*4 Un colchón de arvejas es sólo arvejas con huevo frito a caballo, del mismo modo que un pastel de atún sólo tiene cebolla, papa y atún. No, morrón no. Aceitunas? Me olvidé.

2 comentarios:

  1. Anillos. Me está pasando lo de la simbiosis con los anillos. Seis, tengo ahora. Por eso estoy escribiendo como el orto. Es que me cuesta tipear.

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  2. Lo que quisiera saber es... de cada amor un anillo?
    En una época tuve varios. Tras desastres diversos que incluyen roturas y pérdidas accidentales y olvidos, quedaron los restantes en casita.
    Fijate que lo del tipeo es importante eh!
    Me encantó el cuento de Walsh, buenísimo. Realmente. gracias!

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Felicitaciones! Ha sacado la sortija. ¿Una vuelta más?