sábado, 31 de marzo de 2012

Dicen que cuando se cierra una puerta se abre una ventana

Escribir bajo presión no es lo mismo que escribir por amor al arte. Después de entregar una tesis de sesenta páginas, el cerebro no puede distinguir la diferencia entre ambas y evidentemente queda sólo en modo operativo.

Nuevas formas de expresión empezaron a surgir en este breve tiempo que la escritura creativa dejó. En año nuevo apareció una cámara fotográfica que hizo las delicias del verano y permitió ampliar el límite de lo conocido. Un taller de ilustración vino en el momento en que más lo necesitaba, y si bien estoy realmente más orgullosa del trapo sucio que de mis trabajos, va por buen camino. La escritura volverá, eventualmente, a brotar por las aguas de viajandoencalesita, más seguro pasado junio, jeje.

De mientras, algunas cositas para deleitar el ojo.


 La vista en vacaciones

  La cámara en el agua

 La cámara en el agua 2 

  La cámara bajo el agua

Bruno juega

Un poco de movimiento

 Universos marinos aparecen...

  
...en ilustraciones extrañas