Eso fue lo que me dijo el pantalón de la colección otoño-invierno del año pasado. No le hizo falta mandarme el anónimo de secuestrador enumerando todas las panzadas que me di. Tampoco le hizo falta mandarme las fotos comiendo medialunas a la mañana. Sin miramientos ni suavidad, simplemente se negó a abrocharse.
Nada que no se solucione...
...comprando otro.
Es que cada año, los hacen más chicos (?).
ResponderEliminarlos negocios tendrian que respetar la ley de talles besos gabi carlos
ResponderEliminarAlter, ojalá fueran más chicos, jaja! me parece que no es el caso.
ResponderEliminarCarlos! Tampoco es que me convertí en elefante, apareció un rollo maligno nomás. Igualmente lo de la ley de talles estaría más que bien, creo que no nos deprimiríamos tanto con los cambios de estación.
besos!
jajajaja. hay que renovar cada temporada.
ResponderEliminarMe siento en la obligación de aclarar que el pantalón... ya era mío! De mi colección otoño-invierno 2009, que se compone de un sólo pantalón! jaja
ResponderEliminarCómo me cuestan los lunes, eh!
saludos
Si johi! efectivamente... renovar es renovarse!
ResponderEliminarLos pantalones complotan adentro del placard. Se ponen de acuerdo para achicarse todos juntos y hacernos sentir mal. Si una está cada día más flaca y mas jóven, che...
ResponderEliminarhabráse visto...
El cambio de talle es un viaje de ida. Todavia estoy con pantalones que piden cambio hace meses... supongo que cuando se rompan/gasten voy a tener que aceptar la realidad!
ResponderEliminarAhhh... malditos, ingratos, traidores, cuervos!
ResponderEliminarDeberían venir con un ticket en su bolsillo trasero que diga "Vale por otro como yo".
Porque los señoritos, por cobardes se achican, pero no garpan su reemplazo.
Pssss... malignos.
Des! si, creo que conversan entre ellos y muchas veces se reducen de tamaño, ya me pasó hace 2 años. Le dije a la chica del laverrap en su momento, pero no se quiso hacer cargo, y me devolvió el pantalón diciendo que lo había lavado con agua fría. Igual era una genia la china, la extraño un poco pero no tanto como para renunciar a la comodidad del lavarropas.
ResponderEliminarY si, la juventud se expande, crece y se dispersa.
As! Yo hago lo mismo, hasta que no me queda otra que comprar uno nuevo. Es recién ahí que me doy cuenta de que sino tengo que salir al trabajo con un pantalón que me queda corto, que está gastado o con el cierre roto, o directamente en bombacha y me parece que no. Que no da. Así que si, hay que renovarlos cada tanto. Soy tan vaga para comprar que es probable que prefiera comprarme dos iguales de distinto color con tal de no pasar por el proceso de compra. Menos mal que no lo hice (yo sigo pensando que me entra siempre el mismo talle, claro).
Jaz! Eso si que sería muy bueno! Me gustó esa idea. Por lo menos un voucher de descuento para el año siguiente, jajaja!