lunes, 27 de junio de 2011

¡No quiero volver!

Y sin embargo acá estoy, de nuevo en Buenos Aires.
¿Qué se puede decir del viaje?
¿Que fue increíble?
¿Que la ciudad es deslumbrante?
¿Que la pasamos genial?
¿Que me compré toda la ropa que pude?
¿Que vaciamos a NY?
¿Acaso es eso posible?
No.

Antes de ir, me habían contado cómo era la ciudad, había visto fotos, había escuchado de la experiencia de amigas... y no hay nada como la experiencia propia. Me decían "los edificios son enormes", y yo pensaba "ahá"; o me contaban que la escala de todo era monumental, y yo decía "ahá", y cuando llegué, insomne del avión, el primer encuentro fue brutal: No hay nada ni siquiera parecido. El perfil de Manhattan es muy extraño. No entiendo como esa islita todavía no se hundió con tanto peso de acero, cemento y vidrios.


He jurado en vano: dije que no me interesaba ir de shopping, me rasgué las vestiduras y le dije a mi madre que comprar era una pérdida de dinero y de tiempo... y me tuve que comer todo lo que dije porque..... me convertí en dragón y me compré todo. Si, todo. Me fui con una valija semi vacia y volví cargada hasta los dientes... Nadie puede creer tal transformación de alguien como yo, mi abuela Tania parece que abrió los ojos enormes, y en general nadie me cree. Que alguien tan moderada con la ropa y el shopping haya descarriado de tal manera es un claro síntoma de que... descubrí una nueva terapia!
Ahora entiendo todo. Salir con bolsas de cosas es una sensación maravillosa. Para que mi madre me pida de ir un día al aire libre... para no gastar tanto... es que... yo estaba endemoniada!

La convivencia con madre fue intensa pero buena. No faltó nada, ni peleas, ni acuerdos, tácitos o explícitos, que demostraron que seis años de independencia se olvida rápido lo que era vivir con tus padres... je. Por suerte, los enojos se pasaban rápido: no hay nada que no se cure con un sandwich de salmón ahumado, un partido de burako, o una obra de Broadway.

Pero no todo es shopping en la vida. También está la cultura. Y morí de amor en todos los museos, especialmente en Neue Galerie con sus bellísimos cuadros y posters de Klimt y Schielle; en el Met con los egipcios, los modernos americanos, los impresionistas; en el Whitney con el arte contemporáneo, en el MoMA, qué puedo decir, se me piantó un lagrimón en el piso destinado al Diseño...

Y así, pululante de felicidad, anduve con madre por las calles del Midtown, por Times Square, por el central Park, por la 5a y la 7a Av, por el upper East con toda su paquetería, por Lexinton Av, por Park Av., por el subte, del que me enamoré con sus señales de mosaicos, por Chinatown, por el puerto, por Brooklyn... Para mi, toda la ciudad transpiraba diseño, no podía parar de sacar fotos, querer registrar todo lo que veía, no se, todo parecía increíble. La cantidad de gente distinta que podías encontrar en cada esquina era impresionante, la mixtura de edificios totalmente diferentes, la escala espeluznante de los rascacielos, todo, todo era maravilloso y único.

... y yo pensaba, los últimos días, "no quiero volver!". Y parece que Él escuchó mis plegarias: se cerró Ezeiza. Así que la vuelta fue lo suficientemente estresante como para que desees volver a tu casita. Pero eso, amerita otro post....

Pero no quedó otra. El limbo de felicidad me duró unos cuantos días. Despertarme a la noche y no entender nada, ni dónde estoy (no reconocía la mesita de luz, ni los despertadores, ni el cuarto, ni con quiénestaba  (lo miraba a Guille y juro que pensaba "hay un hombre en mi cama!").

El limbo desapareció después de la semana pasada, con dos entregas de la facu seguidas, y una buena dosis de laburo, el aura curadora de Nueva York se esfumó. Quedan las evidencias materiales (ropa) y los registros electrónicos (fotinis) como prueba de que no lo soñé, lo viví.

(Le puedo dejar un mensaje a mi madre?)
¡Gracias má! ¡Te quiero mucho y sos una dulce de leche! gracias por tan hermoso regalo :D
Lo recordaré siempre. Te amo mucho, aunque te pelee a veces. (jeje)
beso!

jueves, 2 de junio de 2011

A little break

Viajando en calesita se toma un pequeño receso y se va de parranda a
un país del norte, de esos donde hay muchos perros calientes.
La acompañante y generadora de la iniciativa es la madre de la
sortijera, a quien deseamos que El Supremo otorgue paciencia y
sabiduría infinita.
De lo que pueden estar seguros es de que esta vuelta viajare en avión
y no en calesita, y de que volveré llena de cosas que bloguear.
Deseenme suerte!
Nos estamos leyendo! Como dicen ellos?
Best regards?
See you soon!
Kisses
G.

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