Epifanías

Si bien hay gente que escucha lo que quiere escuchar, yo soy de esas personas que leen lo que quieren leer. Sólo una psiquis trastornada es capaz de leer mensajes extraños. Contradictorios. Incoherentes. Y por lo general opuestos. Aseguradoras que no aseguran, bancos insolventes, y publicidades estériles. Y esa psiquis es la mía, claro.

Alguna vez escuché que no podemos leer en sueños. Que sólo detectamos los signos y probablemente uno piensa al despertar que leyó algo pero que en el fondo, no eran más que signos sueltos. Por ahi soy disléxica de a ratos y nunca me di cuenta. Cuando estoy cansada, medio adormilada, o en momentos en que tengo el cerebro en screensaver. No lo sé. Lo que sé es que en algún momento pasa. Basta con sólo mirar de reojo. Una miradita veloz. Como espiando. En el momento del aleteo de párpados. Exactamente ahí.

Parece que se me juntan las imágenes y se me mezclan los significantes y los significados. Las imágenes y los signos se transforman en imágenes. Quizás sea parte del oficio. De tantos años de mirar diseño. O quizás sea sólo porque soy así.

Así que esto es más o menos lo que pasa. Un afiche cualquiera, un día cualquiera. Por ejemplo en Santa Fe y Juan B Justo. La única constante es que no tengo suficiente tiempo para mirar bien. Y lo que pasa es esto:


El cartel se transforma. Casi como un milagro. Una epifanía. Y ocurre la transformación, y lo que yo leo viene a ser una cosa así:

La palomita y el fondo celestial evidentemente me predispuso a pensar que la campaña en realidad era de otro tema. O que le vendría bien otro tema. Así es como se me debe haber ocurrido. Porque yo a esta cuestión no le pregunto, no la entiendo. Más bien la acompaño. Y me río con eso un buen rato. Sólo que esta vuelta la pude pescar para compartirla!