...
Las chicas hacen una breve pausa y le dan respiro a la lengua por unos segundos.
– Como te decía, el tema se me fue complicando. Se me fue de las manos. Porque con él estaba todo bárbaro, te juro me fui dando cuenta de que no era tan superficial como yo pensaba...
No sabés, justo cuando se estaban por vencer los dos meses que había puesto de plazo para la relación, Nelson me dijo que estaba enamorado de mi. Muy enamorado. Tremendamente enamorado. Que no me iba a perder por nada del mundo, que era lo mejor que le había pasado, que era el amor de su vida... Y que estaba averiguando cómo hacer para transferir su trabajo a Uruguay, viste que es diseñador.
– ¡No me digas! ¿Y entonces qué le dijiste?
– Nada, qué le iba a decir. Me quedé muda del asombro. Lo que menos me iba a imaginar era que se iba a querer ir conmigo a mi falsa ciudad natal. ¿A quién se le iba a ocurrir que eso podía pasar? y entonces me le largué a llorar, creo que de la perplejidad, o mejor dicho, de la bronca que tenía conmigo misma. Y entonces me dijo: "Pero qué te pasa Anita, no querés que vaya con vos?". No sabés lo que me revienta cada vez que escucho mi nombre falso...
Me podría haber resignado a perderlo, dejar que me busque por todo Uruguay hasta que se diera cuenta del teatro que le había armado, pero me pareció muy cruel. Me imaginé que una vez allá no iba a tardar mucho en darse cuenta de que no soy montevideana... Pero no pude, no pude dejarlo... Este chico es como una droga para mi, te juro que nunca estuve tan enganchada con nadie, de verdad...
– Y la tuviste que pilotear...
– Claro, ¿sino qué iba a hacer? Obvio que le dije que lloraba de alegría, de emoción. De lo contenta que me puso saber que se quería venir conmigo. Y se puso chocho, feliz. No paraba de besarme y abrazarme, diciendo que lo hacía taaaan feliz. Me quería morir, te juro.
Al día siguiente ya había comprado los pasajes y ya estaba estudiando departamentos para alquilar juntos, ¿me entendés? Y entonces consideré que tenía dos opciones: o le decía toda la verdad, y me quedaba acá en Buenos Aires, o... seguía mintiendo y nos íbamos juntos a Montevideo...
– ¿Y qué elegiste?
– La verdad es que me fue muy difícil, realmente nunca pensé en la posibilidad de irme a vivir afuera... y qué se yo... me pareció que podía ser interesante conocer otros lugares, gente nueva... Probarlo como algo temporal, a ver qué tal nos iba juntos.
Le dije que sí, que nos íbamos juntos a Uruguay.
Ya pasaron dos meses desde que estamos viviendo juntos allá. Volví por el cumple de mi abuela, le dije que me iba a visitar a mis amigas argentinas, claro...
Lo que más me sorprendió, cuando llegamos, es que se adaptó rapidísimo, yo me perdía en la cuadra a la redonda, y el iba y venía como pancho por su casa, se aprendió las paradas de los colectivos, los horarios, las combinaciones, ¡todo!
Una vez hace poquito nos encontramos con un amigo suyo en la rambla, un amigo de la infancia, que mirá vos qué curioso, vivía en Montevideo. Lo invitó a cenar esa misma noche. Me re-gustó, porque acá en Buenos Aires parecía que Nelson no tenía muchos amigos, me pareció super copado. La misma tonada que él. Cuestión es que fuimos a la noche a cenar, y no sabés, resulta que se encontró con un montón de amigos de la infancia, él estaba feliz, no paró de hablar en toda la noche. Debatieron sobre montones de cosas, de blancos y colorados, de las elecciones, de cómo estaba llevando el tema de las papeleras Tabaré Vazquez... y más cosas que ya no me acuerdo. Y re-copados, dijeron de ir un fin de semana todos juntos a Punta del Este de paseo, a recordar los churros de Manolo... re bien, no sabés.
Me re-gusta Uruguay.
(fin)
Gorda... me divirtió! También me estresé un poco, te confieso, cuando se le iba cerrando la salida: si confieso, lo pierdo... si no confieso, cómo hago?? No hay más...?
ResponderEliminarBeso.
PD: soy Clo, undercover.
Gracias! me alegro que te haya divertido, beso grande desde la calesita
ResponderEliminarAy, había una tercera posibilidad, decir que se quedaba a vivir en Buenos Aires porque le encantaba la ciudad, y por amor a él.
ResponderEliminarJajaja, muy divertido el relato. En la parte uno casi que parecía la historia de Desencontrada!
Mirá, un final alternativo interesante... igualmente me temo que esta historia va a sufrir una reformulación en breve... estilística...
ResponderEliminarY con Des, no por nada somos amigas...
le saluda desde la calesita
G
Pocas veces he escuchado un homenaje tan divertido al Uruguay como el de este encantador amor de verano. Me gustó mucho.
ResponderEliminarGuillermo
Me encantó... Muy astuto el caballero
ResponderEliminarla niñita del River Plate.
Amiga!!
ResponderEliminarMuy buena la historia, me encantó!
Te sigo leyendo, que vengan más! y arreglamos cuando nos vemos.
Te quiero amiga!
besotes
D
Pd: sacale la palabrita clave a los comments que es un emboleeeeeee
Gracias! Me alegro te haya gustado... pronto, la versión original de la historia, a ver cuál les gusta más.
ResponderEliminarAhora me fijo el tema de la palabra clave. besote!