miércoles, 17 de marzo de 2010

Curso brevísimo de primeros auxilios para libros

Las páginas de Ocatedro habían decidido desencolarse. "Liliana llorando" se me fragmentaba en varias hojas, con "Los pasos en las huellas" el libro se partió en pedazos, y con "Manuscrito hallado en un bolsillo" tenía que hacer malabares sosteniendo las tapas con una mano y las páginas con otra.

La ansiedad de querer leer y no poder me decidió a realizar una operación maravillosa: lo encuaderné yo mismísima. Gracias a las sugerencias del librero amigo, bastó con un par de ganchos para sujetar las hojas y plasticola por todo útil escolar. Y listo! Así fue como cobró nueva vida. Y ahora anda paseando chocho por subtes, colectivos y cuanto lugar se le antoja, ya sin miedo a desmembrarse. Happiness!

3 comentarios:

  1. Muy bien! Tenes que explicar como se hace!

    Besotes.

    D

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  2. ¿Qué? ¿Arreglaste un libro sólo con plasticola?
    Jodeme...
    Genia de genialidad absoluta. Quizás yo podría hacer lo mismo con "El hombre que ríe" y con "Jane Eyre". Están cachuzos, cachuzos, pero tienen ese olor... los amo tanto.
    Me gustaría sacarlos a pasear también. Y que mueran de envidia los otros libros del bondi, más modernos y brillosos. Porque la alcurnia literaria, no sólo la impone la calidad de las letras, cierto? El packaging de libro hecho pelota y leído desde hace 50 años le agrega mucho.
    Al menos, así lo veo yo.
    Beso!

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  3. Ahí va amigas! Postee la explicacióm completa de cómo revivir un libro. Y fíjense qué tapa! Clo espero que Jane Eyre y El hombre que ríe se mejoren prontito.
    Y estoy de acuerdo con lo de que las ediciones viejas son mejores. Me encantan. Además del diseño,la impresión y la calidad del papel y tapas (que muchas veces son mejores que los actuales) tienen ese no se qué que los hace mucho mas atractivos...
    Besos!

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Felicitaciones! Ha sacado la sortija. ¿Una vuelta más?