lunes, 23 de noviembre de 2009

El momento Alzheimer del día

¿Quién alguna vez no tuvo un olvido, una distracción? ¿Quién pensó que quizás su mente había envejecido prematuramente al olvidar el cumpleaños de un ser querido? ¿Y qué hay de olvidar calles, sonidos, caras y nombres? Es un acto del inconsciente que viene en rescate de la propia concentración, eligiendo a qué prestar atención y a qué no? ¿O es un sabotaje permanente? Por todas estas cosas... siempre está el momento alzheimer del día. La única pregunta que me puedo hacer es... ¿cuál va a ser hoy?

De los olvidos (breve)

En este mismo momento, en este instante en el que usted está leyendo estas palabras una calle es olvidada, y un procer vuelto a enterrar. Una taza de te pierde su aliento en la mesada de la cocina, y una radio derrocha música para un auditorio vacío. Un mail quedó atorado en la bandeja de salida; un mensaje no llegará a quien lo espera. Un auto perdido espera en una calle cualquiera, y unas llaves en la vereda no podrán cumplir su destino. Hay zapatos que piden ser rescatados del zapatero, y un vestido que llora en la tintorería. Una billetera roja toma sol sobre el pasto y unos anteojos duermen en un banco de plaza. Y otra vez el paquete de café sonríe invicto en la góndola y una mayonesa (de más) asoma triste por la bolsa del super.

Quizás usted quiera creer que el colectivo va a dejarlo donde quiere llegar. Y luego de sacar su boleto y sentarse contento en el asiento de la ventanilla descubre a la tercer parada que por ese número que confundió caminará más de lo previsto. Que el aniversario era mañana y que la luz ya estaba paga. Que cerró la llave de paso que perdía antes de salir de casa. Que el calefón estaba prendido y la toalla... cerca.

¿Nunca creyó recordar algo sólo para darse cuenta del recuerdo impostado, puesto en la memoria por relatos ajenos reconstruídos por la mente? Que el cumpleaños donde había una piñata no era el suyo, sino el de su hermana. Que el triciclo era realmente azul y no gris. Que el nombre del vecino era Luis y no Lucas. Que definitivamente la receta no era así.

Si, usted se ha olvidado.