jueves, 18 de noviembre de 2010

Mentirosa profesional

Hay algo que odio y que aparentemente todo el mundo naturalizó como inherente a nuestra área. Ni más ni menos que el temita del retoque digital. No se por qué ni cuándo, pero en algún momento alguien dio por sentado que nosotros, diseñadores, nacimos entre otras cosas para retoquetear imágenes. Ya que creamos imágenes –como es todo medio lo mismo, vio–, ¿por qué no modificarlas también? El problema es que, (y me tiro flores) por ser buena diseñadora, soy buena retoqueteadora de imágenes.

Bueno, la cosa es que en cada trabajo que me ha tocado me he esforzado por mantener esta habilidad escondida, bajo un par de capas de concreto. No importa lo que haga ni las excusas que ponga, no pasa mucho sin que el talento salga a flote. El listado de imágenes sería eterno, pero lo podría sintetizar con lo que la imagen diría si la pobre pudiera hablar:

(Mirá qué bien que queda mi proyecto en tu espacio!)
(Y mirá cómo quedaría tu marca en mi proyecto)
(Soy mucho más joven de la edad que tengo, ves?)
(Y flaca!)
(El evento fue un éxito! Mirá la cantidad de gente que fue!)
(En realidad estuve ahí)
(Sólo estamos nosotros y nadie más)
(Todo muy limpio y ordenado)
(El día fue espectacular, ni una nube)
(Estás impecable!)
(etc. etc. etc.)

Pero la cosa es, si odio mentir, ¿porqué tengo que trabajar de eso*? Se puede ser malísima mintiendo en la vida personal, y buenísima en lo profesional? No es medio paradójico?

Como sea, cada vez que termino alguna bendita pieza y no tardo en escuchar frases com:
-Ah! Qué mentirosa que sos!  / Ah! qué genia! / mirá qué bien que te quedó! Sos una trucha!
y demás exclamaciones de regocijo. Y yo ni siquiera sé mentir!*2


Y nunca sé, cuando todo termina, si alegrarme por un trabajo bien hecho o amargarme por sentirme... una mentirosa profesional.



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* - ¿y dónde corno quedó la ética profesional, eh? Igual debo reconocer que el desafío de probar hacer un montaje es tan, pero tan divertido, que a veces una buena carcajada con los resultados obtenidos afloja un poco a la ética. 

*2 - a lo sumo embellezco la verdad. Y si es escrita, probablemente más. Ya decía Oneti que los escritores son mentirosos.

5 comentarios:

  1. mmm... yo no se si eso califica como "Mentira" sino tendríamos que pensar si una foto es capaz de decir alguna "Verdad".

    Un analista muy reconocido (Lacan para los amigos) Dijo una vez que "La verdad tiene estructura de ficción"

    Y bue... algunas fotos también!

    Jajaja

    Beostes

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  2. Gracias amiga, ya no me siento tan mentirosa. Siempre tan clara usted! Me lo presta al amigo Lacan el verano?
    Igual, no importa que sepamos que las imágenes son manipuladas. Parece que terminamos pensando que tienen algo de verdad....
    beso!

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  3. Hola Gabi, tiempo sin leerte!
    Creo que el problema es basarse en el supuesto que una diseñadora debería reflejar una verdad (si es que alguien pudiera darla impoluta), cuando en realidad intenta hacer tentadora una hamburguesa, o terso un cutis. El que miente es el que asegura que el producto va a satisfacer las expectativas del consumidor... entonces, el amor también es mentiroso?
    Beso!

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  4. bueno, es que en la vida personal también hay mentiras y MENTIRAS...

    sacarle las nubes a un cielo o agregar gente en un evento no es no-ético (para mi), son mentiras, pero no pasa nada...!

    Las hamburguesas de MC son MENTIRAS...!!!
    y no es arte del diseñador-retocador! hay oficios especializados!!!!

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  5. Qué profundos que son todos los comentarios!!!!!, y yo que me creo todo!!!!!!!!!!!

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Felicitaciones! Ha sacado la sortija. ¿Una vuelta más?